Investigación forense
La criminalística es la ciencia en la que se aplica conocimientos, métodos y técnicas de investigación científica de las ciencias naturales en el examen del material sensible significativo relacionado con un presunto hecho delictuoso con el fin de determinar, en auxilio de los órganos encargados de administrar justicia, su existencia cierta, reconstruirlo o señalar y precisar la intervención de uno o varios sujetos en el mismo.
La criminalística se sirve de los conocimientos científicos para reconstruir los hechos. El conjunto de disciplinas auxiliares que la componen se denominan ciencias forenses.1
La palabra forense viene del adjetivo latino forensis, que significa "perteneciente o relativo al foro".2 En la Antigua Roma, una imputación por crimen suponía presentar el caso ante un grupo de personas notables en el foro. Tanto la persona que se la acusaba por haber cometido el crimen como el denunciante tenían que explicar su versión de los hechos. La argumentación, las pruebas y el comportamiento de cada persona determinaba el veredicto o sentencia del caso.
Investigación social
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Investigación social. Proceso que, utilizando el método científico, permite obtener nuevos conocimientos en el campo de la realidad social (investigación pura) o que permite estudiar una situación social para diagnosticar necesidades y problemas a los efectos de aplicar los conocimientos con finalidades prácticas (investigación aplicada). Los primeros en utilizar el método científico en las ciencias sociales fueron los economistas del siglo XIX, como Karl Marx, Cournot y Walras.
Contenido
[ocultar]Investigación
Toda investigación es un proceso de creación de conocimiento sobre la estructura, el funcionamiento o el cambio de una zona de la realidad. En las ciencias sociales, esa zona está constituida por las instituciones, grupos y categorías de personas en situaciones de relación o de interrelación social, como también por los múltiples procesos que en ella se dan.
Contexto de la investigación social
Realidad social
Es un producto humano y como tal no está sujeta a leyes inmodificables, sino a grandes tendencias institucionalizadas de comportamiento que varían con el tiempo y con las diferentes culturas. La realidad social es incierta en esencia porque, como producto cultural, el ser humano también puede transformarla.
La investigación como tal puede definirse como una actividad que es realizada por hombres o mujeres y que busca descubrir algo que se desconoce. La Investigación Social constituye el proceso en el que se aplica el método y las técnicas científicas al estudio de situaciones o problemas de la realidad social. Y tiene como objetivo: ampliar los conocimientos en ciencias sociales, a partir de las respuestas encontradas. La investigación social, involucra la creación de conocimiento sobre las instituciones, los grupos, las personas, a partir de sus relaciones sociales. Toda investigación social ha de partir de la existencia de un problema o situación que requiere de una respuesta o solución.
El investigador social
El investigador tiene un importante papel y responsabilidad en el conocimiento de lo social. Dicho conocimiento se constituye en un factor esencial de transformación.
Funciones de la investigación social
La descripción: en la investigación social la descripción va más allá de examinar o identificar, en este caso, el concepto es más amplio porque comprende un análisis descriptivo que está especificado en los objetivos de un estudio o investigación descriptiva.
Entre los diferentes tipos de análisis descriptivos encontramos:
- Caracterización global del objeto de estudio,
- Determinación de los objetos sociales que tienen ciertas características,
- Descripción del contexto en el cual se presenta cierto fenómeno,
- Descripción de la magnitud del fenómeno,
- Descripción de las propiedades que tiene el objeto de estudio,
- Descripción de las diferencias que hay, o se presentan, entre dos o más subgrupos de la población que es objeto de estudio,
- Descripción de las partes, categorías o clases que componen el objeto de estudio,
- Descripción del desarrollo o la evolución del objeto de estudio,
- Descripción de las relaciones del objeto de estudio con otros objetos.
La clasificación:</big> es otra función específica de la investigación social y consiste en clasificar los objetos que se estudian ya sea por grupos, estructuras, procesos, situaciones etc. Lo fundamental en esta función es categorizar, la cual se lleva a cabo con base en uno o más criterios o características que posean los objetos sociales. Vale la pena aclarar que los criterios pueden ser cualitativos o cuantitativos. Existe una forma especial de clasificar y es la que está constituida por tipologías que se definen de acuerdo a una característica esencial, por ejemplo la conducta que es determinada por la política, la economía, detectar si son sociedades abiertas o cerradas etc.
La explicación:</big> las personas continuamente nos hacemos preguntas sobre sucesos del acontecer social como por ejemplo ¿porque ocurre el fracaso escolar? ¿Porque se da la delincuencia juvenil? etc. Las respuestas a estas preguntas constituyen explicaciones de los fenómenos aludidos y son las ciencias sociales las que se han encargado desde el siglo pasado, de dar respuestas a ciertos sucesos. Las ciencias sociales tratan de cumplir con la explicación estableciendo factores determinantes (psicológicos, económicos, climáticos, raciales etc.), hasta proposiciones de hipótesis y teorías explicativas. Las explicaciones en las ciencias sociales no son tareas fáciles, porque debe enfrentarse a conciliar entre dos enfoques diferentes: la explicación diacrónica, que consiste en la búsqueda de factores antecedentes, históricos o genéticos y- por otro lado- la explicación sincrónica, la cual no contiene referencias temporales.
Componentes del proceso
El proceso de investigación comprende el enfoque y el conjunto de métodos, técnicas y procedimientos de captación de información necesarios para construir preguntas y obtener respuestas pertinentes y fiables acerca de un problema. Dicho problema no tiene que ser, necesariamente, de trascendencia económica o social inmediata (aplicación práctica), sino que puede referirse a la creación de conocimiento sobre algún asunto (investigación pura). La manera de plantear preguntas y proponer soluciones puede seguir, básicamente, dos grandes vías o enfoques: una inductiva y otra deductiva (Método hipotético deductivo). Pueden utilizarse de forma independiente o combinarse en una investigación, aunque la segunda parte de la formulación de las hipótesis que determinarán el proceso y la contratación de los datos de respuesta.
Hay cinco grandes vías de acceso a la realidad social según el sociólogo Miguel Beltrán. A pesar de considerar que el científico no puede seguir un solo procedimiento con independencia de su disciplina académica o del tipo de realidad en la que opera (las ciencias sociales, o humanas, de la cultura, o de la historia)no se pueden imponer en las metodologías diseñadas por las ciencias físico-naturales, como la perspectiva positivista.
Tipos de investigaciones sociales
Según la finalidad
- Básica: tiene por objetivo principal aumentar los conocimientos de una determinada disciplina científica, a pesar de no ser prioritaria la aplicación práctica,
- Aplicada: su objetivo principal es la aplicación práctica.
Según el alcance temporal
- Sincrónica: busca conocer cómo es un fenómeno social en un momento determinado,
- Diacrónica: busca la evolución de un fenómeno a lo largo del tiempo,
- Retrospectiva: pretende conocer la evolución de un fenómeno desde el pasado,
- Prospectiva: busca conocer la evolución posible de un fenómeno en el futuro.
Dentro de las investigaciones prospectivas encontramos dos tipologías diferenciadas: la de panel y la de tendencia.
Según la profundidad
- Descriptiva: trata de conocer un fenómeno social sin importar las causas,
- Explicativa: pretende conocer el fenómeno social y sus causas.
Según la amplitud
- Macro sociológica: realizada sobre grandes grupos de población,
- Micro sociológica: sobre grupos de población más reducidos.
Según el carácter
- Cuantitativa: trata de fenómenos susceptibles cuantificación, haciendo un uso generalizado del análisis estadístico y de los datos objetivos y numéricos,
- Cualitativa: se orienta a la interpretación de los actores, los propios sujetos que son objeto de investigación.
Según las fuentes
- Primarias: utilizan datos o información de primera mano generada por los investigadores,
- Secundarias: utilizan información de segunda mano generadas con anterioridad o de forma ajena a la investigación (registros, bases de datos y encuestas oficiales).
Según el ambiente
- De campo: (en contacto directos con la materia que se ha de investigar),
- De gabinete: (sin el propio contacto).
Metodología cuantitativa
Las ciencias físico-naturales tienen que ser fundamentalmente cuantitativistas, dado que tratan de contar similitudes en los casos. Las ciencias sociales, tienen que utilizar una y otra metodología, la cuantitativa y la cualitativa, según la tipología y la materia de la realidad a observar. Si se trata de observar similitudes de los comportamientos (residenciales, estudios, renta, edad...) podremos contar los casos; pero si el objeto de estudio es más cualitativo: comprender significados, diversidad de discursos, etc... habrá que observar la diversidad de los casos. Por el contrario, el empirismo, se fundamenta en la obsesión para y por los datos numéricos y despreciar cualquier otra vía, parece olvidar que hay realidades sociales donde los datos no aparecen en contextos de máxima racionalización ordenación. La diferencia precisa en forma de intervalo entre unos y otros valores, o datos, no siempre están naturalmente y lógicamente ordenados, es más, muchas realidades observables no están dispuestas previamente en forma numérica.
Características
- La estrategia más relevante de acceso a los datos, es la encuesta.
- El objetivo de investigación son hechos sociales.
- El tipo de análisis utilizado se basa en procedimientos estadísticos:
Metodología cualitativa
La diferencia entre propiedades cuantitativas y cualitativas reside en que en las primeras, el valor específico de la propiedad es una medida, grado o cantidad; mientras que, en las segundas, es una forma que puede permitir su valoración y cuantificación. La diferencia entre ambas es pues provisional.
Las técnicas cualitativas no son menos matemáticas que las cuantitativas, son incluso anteriores, dado que la ciencia del orden calculable es anterior a la de los números.
Los datos primarios son una enunciación lingüística, incluso los datos secundarios están producidos en todo caso por medios técnicos que implican convenciones verbales de significados. Así pues, superado el viejo debate sobre la preeminencia científica por ambas metodologías, parece inapropiado defender exclusivamente una única vía para realizar investigaciones de todo tipo, es más, a menudo la “estrategia de la complementariedad” será la más adecuada para acceder al conocimiento de los hechos o de fenómenos sociales complejos.
Características
- Las técnicas más importantes de captación de los datos son el grupo de discusión (reunión de 7 a 9 personas que representan un determinado grupo social) y las entrevistas en profundidad (entrevistas sin cuestionario pero con un guion mínimo);
- Las personas son anónimas y se las escoge como representativas de un grupo, perfil o discurso social;
- El análisis de los discursos, descubrir los valores, las normas culturales, los prejuicios, las actitudes de un determinado grupo social.
METODOLOGÍA Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
En este capítulo hablaremos de la operacionalización, es decir, la transformación
de hipótesis teóricas en operaciones de una investigación empírica. En primer lugar
explicaremos qué se entiende por teoría, hipótesis y conceptos. Después presentaremos
la noción de «variable», que representa el concepto clave de la investigación
social empírica, y analizaremos los diferentes tipos con los que se representa. Por
último, abordaremos el problema general de los errores que se pueden cometer en
el proceso de traducción de la teoría a la investigación empírica.
3.1. ESTRUCTURA «TIPO» DE LA INVESTIGACIÓN
CUANTITATIVA
Para empezar conviene decir que la investigación científica es un proceso de descubrimiento
creativo que sigue un itinerario prefijado y unos procedimientos preestablecidos
y consolidados dentro de la comunidad científica. Este paralelismo entre la
«creatividad» y los sucesivos «procedimientos preestablecidos» no debe parecer contradictorio.
El atributo «creativo» es importante en esta definición, evoca las capacidades
personales del investigador, su perspicacia e inteligencia intuitiva. Pero esto
es sólo un aspecto del proceso de investigación científica.
Reichenbach introdujo una distinción entre la concepción de una idea nueva y
la presentación, justificación, defensa y comprobación de la misma, momentos que
denominó, respectivamente, contexto del descubrimiento y contexto de la justificación.
Según Reichenbach, en el primer estadio no es posible establecer reglas ni
procedimientos. «El acto del descubrimiento escapa al análisis lógico; no hay reglas
lógicas con las que construir una "máquina descubridora" que desempeñe la
función creativa del genio» [Reichenbach, 1951; 231]. Pero la labor del científico
no consiste únicamente en producir teorías, sino también en comprobarlas. Y esta
fase, tanto si aborda el examen lógico-formal de la teoría, como su congruencia
con la realidad, debe seguir unas reglas muy precisas.
La primera regla fundamental de la investigación empírica es que debe desarrollarse
dentro de un marco aceptado por la comunidad científica. La investigación
científica, por contraste con el arte, es un proceso colectivo. «La ciencia es pública y
no privada», escribió Merton. Este aspecto colectivo-público de la ciencia tiene una
doble connotación. Por una parte, implica el control: «Los conceptos y procedimientos
empleados, incluso por el sociólogo más intuitivo, deben estar estandarizados, y
los resultados de sus intuiciones deben poder ser comprobados por otros investigadores»
[Merton, 1968]. Por otra parte, implica la acumulación: «Si conseguí llegar
más lejos que otros hombres, es porque me subí a hombros de gigantes», afirmó
Isaac Newton, frase que Merton utilizó para construir un brillante ensayo sobre sociología
de la ciencia [Merton, 1965]. Recordemos también que una de las definiciones
más comunes de la ciencia es «acumulación sistemática de conocimientos».
El marco de referencia colectivo que debe tener presente el científico social al
realizar su investigación, sobre todo en el enfoque cuantitativo, consta de dos elementos:
la estructura lógica del proceso de investigación y la instrumentación técnica
a utilizar. En el siguiente apartado trataremos el primero de estos elemen
LA TRADUCCIÓN EMPÍRICA DE LA TEORÍA 6 9
3.1.1. Las cinco fases del proceso de investigación
El proceso que sigue el investigador social para la realización de una investigación
consiste en un recorrido cíclico que parte de la teoría, pasa por las fases de recopilación
y análisis de los datos, y vuelve a la teoría. Este proceso se describe de
manera más o menos similar en todos los manuales de investigación empírica, y
para explicarlo podemos utilizar el esquema de la figura 3.1, donde distinguimos
cinco fases y cinco procesos que conectan estas fases.
La primera fase es la de la teoría. La segunda es la de las hipótesis, y el paso
entre las dos se produce mediante el proceso de deducción. La hipótesis representa
una formulación parcial de la teoría, y se sitúa a un nivel inferior en cuanto a
generalidad'. La teoría es «general» y la hipótesis es «específica». Por ejemplo, de
la proposición teórica general que afirma que «existe una correlación positiva entre
la participación política y el prestigio social» pueden deducirse, entre otras, tres
Fases Procesos
1
Teoría
^ ^ „„-^__- . Deducción
Hipótesis
^. «^ - _ _ „ ,-._ - Operacionalización
(diseño de la investigación)
Producción de los datos
± «4 _ ~ _ _ .. _ _ Organización de los datos
(matriz-datás)
i
Análisis de los datos
- - Interpretación
Resultados
-,-_-.--^^*._^ _ Inducción
FUENTE: Adaptado de Bryman [1988, 20].
Figura 3.1. Estructura de la investigación cuantitativa.
1
Y algunas veces también en cuanto al ámbito de aplicación, es decir, el área geográfica o lapso
de tiempo a los que se refiere la hipót
7 0 METODOLOGÍA Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
hipótesis más específicas: que la participación electoral es superior en el caso de
los varones, los adultos (en comparación con los jóvenes y los ancianos), y las
personas con más éxito profesional. Al hacer esto, hemos limitado el concepto de
participación política al de participación electoral, y el de prestigio social a los tres
aspectos mencionados.
La tercera fase es la de recopilación de datos, y llegamos a ella mediante el
proceso de operacionalización, que consiste en la transformación de las hipótesis
en afirmaciones observables empíricamente. Este proceso es muy complejo y se
puede dividir en dos partes. La primera consiste en la operacionalización de los
conceptos, o sea, la transformación de los conceptos en variables, o entidades medibles.
Por ejemplo, el concepto de éxito profesional se podrá operacionalizar mediante
los ingresos, o la obtención de un empleo mejor que el de nuestros padres,
etc. La segunda consiste en la elección del instrumento y los procedimientos para
medir los conceptos. En el ejemplo de la participación política se podría trabajar
con datos agregados, utilizando las estadísticas oficiales de voto y averiguando si
la participación electoral varía con el género y la edad; también se podría recurrir a
datos de encuestas de opinión pública, o incluso servirse de entrevistas en profundidad
sobre una muestra de ciudadanos. La decisión sobre estos aspectos nos lleva
a la definición del diseño de la investigación, un «plan de trabajo» que establece
las diversas fases de la observación empírica (por ejemplo: se entrevistará a tantas
personas, ubicadas en las siguientes áreas geográficas..., elegidas con el siguiente
criterio..., utilizando el siguiente cuestionario..., etc.).
Después de la recopilación de material empírico, llegamos a la fase del análisis
de los datos, que será precedida por la organización y sistematización de los datos
obtenidos. Por lo general se da el nombre de información al material empírico
bruto que aún no ha sido sistematizado, y el de datos, a ese mismo material organizado
de tal forma que se pueda proceder a su análisis. Pensemos, por ejemplo, en
un paquete de cuestionarios y varias cintas de entrevistas grabadas (información),
y esos mismos cuestionarios o entrevistas transformados en secuencias de números,
comparables entre sí y obtenidas atribuy
LA TRADUCCIÓN EMPÍRICA DE LA TEORÍA 7 1
vuelve a ella, en un proceso cíclico que podríamos visualizar como una espiral,
donde teoría e investigación están ligadas en el proceso de acumulación de conocimientos.
Nótese que la sucesión descrita representa el proceso ideal para la investigación
social de tipo cuantitativo, y que el esquema básico puede sufrir variaciones
significativas en cada aplicación concreta del mismo. Por ejemplo, en relación
con la teoría, el equilibrio entre deducción e inducción puede variar. Aunque el
esquema básico prevé que la investigación no comience antes de que se haya realizado
un estudio exhaustivo de la teoría y se hayan formulado hipótesis muy precisas,
hay investigaciones que parten de un embrión de teoría, y ésta no se desarrolla
ni toma cuerpo hasta la fase de análisis del material empírico. Otras veces se obvia
toda la fase de la recopilación de datos, incluidos los procesos de operacionalización
y organización de los mismos, porque se usan datos ya existentes para la investigación.
Pero en cualquier caso el esquema de referencia sigue siendo el que
aparece en la figura 3.1.
En este capítulo trataremos los procesos de deducción y operacionalización. En
el apartado siguiente nos ocuparemos del primero. El resto del capítulo lo dedicaremos
íntegramente al proceso de operacionalización de conceptos: la atención dedicada
a este tema queda justificada por su complejidad y su relevancia en el proceso
de investigación.
3.2. DE LA TEORÍA A LAS HIPÓTESIS
3.2.1. Teoría
Podemos definir una teoría como un conjunto de proposiciones relacionadas de
manera orgánica, que se formulan con un alto grado de abstracción y generalización
respecto a la realidad, se deducen de hechos empíricos que se producen con
regularidad y de las que pueden inferirse predicciones empíricas. A continuación
explicamos con más detalle los cuatro elementos de esta definición.
Conjunto de proposiciones: sistema coherente de afirmaciones que con frecuencia
tiene estructura causal. Abstracción y generalización: la teoría va más
allá de las expresiones empíricas concretas, en el aspecto conceptual y en el campo
de aplicación. Se deduce de hechos empíricos que se producen con regularidad:
la teoría surge de la constatación de repeticiones en la realidad observada, y
se confirma con ellas. Inferencia de predicciones empíricas: de una teoría que
surge de la observación de hechos empíricos que se repiten se pueden deducir
hechos en otros contextos diferentes.
Ilustramos lo apuntado hasta aquí con un ejemplo clásico: la teoría sobre el
suicidio de Durkheim. Como es sabido, Durkheim identifica tres «tipos ideales»
de suicidio: el suicidio egoísta, el altruista y el anómico. En su teoría encontramos
la siguiente proposición causal que representa el fundamento teórico
del suicidio egoísta: «Cuanto más elevada sea la tasa de individualismo en un
determinado grupo social, mayor será la tasa de suicidios en ese grupo». Por
individualismo entendemos una situación social y cultural en la que la persona
es plenamente libre y está sola para tomar decisiones en la vida; en el extremo
72 METODOLOGÍA Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
opuesto se encuentra la situación de cohesión social, en la que la actividad de
una persona está sometida a controles sociales de manera permanente, y sus decisiones
vienen determinadas en gran parte por normas colectivas.
La proposición teórica enunciada, que vincula el individualismo con el suicidio,
es una proposición causal, que presenta las características siguientes: abstracción,
puesto que los conceptos mencionados de individualismo, cohesión social
y suicidio tienen significados abstractos respecto a la realidad observada;
generalización, dado que la conexión que Durkheim propone se considera válida
para una gran parte de la sociedad, cuando no para todas las sociedades; se deduce
de hechos empíricos que se repiten, ya que Durkheim, como describe en su
investigación, dedujo y comprobó empíricamente su teoría mediante el análisis
de las fuentes estadísticas de su época; genera predicciones empíricas, porque
permite prever, por ejemplo, que Irlanda tendría una tasa de suicidios inferior a la
de Inglaterra.
3.2.2. Hipótesis
Una proposición teórica debe poder expresarse en hipótesis específicas. Una hipó-
tesis es una proposición que implica una relación entre dos o más conceptos, situada
en un nivel inferior de abstracción y generalidad con relación a la teoría y que
permite una traducción de ésta en términos que se puedan someter aprueba empí-
rica. Las dos características distintivas de la hipótesis son, por una parte, su menor
abstracción (o mayor concreción) en términos conceptuales, y su menor generalidad
(o mayor especificidad), en términos de extensión, con relación a la teoría. Y
por otra parte, su provisionalidad: la hipótesis es una afirmación provisoria que se
debe comprobar, derivada de la teoría pero que precisa una comprobación empírica
para poder confirmarse.
De la teoría general de Durkheim pueden deducirse una serie de hipótesis específicas.
Por ejemplo, es de esperar una tasa de suicidio más alta en las sociedades
protestantes que en las católicas, por el hecho de que la religión protestante confía
las decisiones a la libertad individual, mientras que la católica es impositiva y normativa;
una tasa de suicidio más baja en las personas casadas y con hijos, por el
conjunto de exigencias, vínculos, controles y deberes que conlleva la situación familiar;
una tasa de suicidio más baja cuando una sociedad atraviesa un periodo de
crisis política o está en guerra, por la consolidación de los lazos sociales entre
ciudadanos expuestos al mismo peligro; y así sucesivamente.
Estas hipótesis se pueden comprobar de manera empírica mediante definiciones
operativas adecuadas: por ejemplo, se definirá el concepto de «integración familiar»
considerando que las personas casadas y con hijos tienen el grado máximo
de integración, y las personas que viven solas el grado mínimo, con los grados
intermedios necesarios, y se verá si en los datos existe una asociación entre esta
variable y el suicidio. También se podrá constatar, como hizo Durkheim, que en
igualdad de condiciones en distintas sociedades, existe una relación entre la tasa de
suicidio y el tipo de religión predominante.
La validez de una teoría depende de su capacidad para transformarla en hipóte-
LA TRADUCCIÓN EMPÍRICA DE LA TEORÍA 7 3
sis que se pueden comprobar de manera empírica. El criterio de la verificación
empírica es el criterio del carácter científico. Si una teoría es imprecisa y confusa,
difícilmente se podrá transformar en hipótesis comprobables, y sin una confirmación
empírica, no superará el ámbito preteórico de las conjeturas. En las ciencias
sociales el riesgo de que se formulen teorías vagas, demasiado confusas como para
operacionalizarlas, es especialmente elevado. En este aspecto compartimos la máxima
de que «es mejor una teoría errónea que una teoría imprecisa».
3.2.3. La transformación de la teoría en hipótesis
A continuación presentamos algunos ejemplos de transformación de una teoría en
hipótesis concretas. El primer ejemplo se refiere a la teoría formulada por Inglehart
a mediados de los años setenta sobre el cambio de valores en los países occidentales.
Según esta teoría, los valores de las generaciones que crecieron en la posguerra
serían distintos de los valores de las generaciones anteriores, y el cambio consistiría
en el desplazamiento de la atención prestada a aspectos como la seguridad física
y económica hacia otras cuestiones como la calidad de vida, la autorrealización,
y la satisfacción intelectual y estética, lo que supone pasar de una orientación predominantemente
materialista a otra que se ha definido como «postmaterialista».
Las causas de este cambio serían varias. Aquí comentaremos sólo un aspecto, quizás
el más importante: los cambios de las condiciones de vida durante los años de
formación de los ciudadanos.
Las generaciones de la posguerra no han sufrido las crisis económicas que afectaron
a las generaciones que crecieron entre las dos guerras mundiales y durante la
Gran Depresión; además, en la posguerra las sociedades occidentales conocieron
una prosperidad sin precedentes que permitió satisfacer las necesidades de subsistencia
a prácticamente toda la población. Por otra parte, las nuevas generaciones no
han vivido la experiencia de la guerra, que no obstante, sí afectó directamente a sus
padres y abuelos. Según la teoría de las necesidades, el hombre empieza a poner en
primer plano objetivos no materiales, sólo después de conseguir la seguridad física
y económica.
De esta teoría general pueden derivarse hipótesis específicas. Primero tendremos
que encontrar en todos los países occidentales una diferencia notable en las
escalas de valores de jóvenes y ancianos, como consecuencia del hecho de que la
orientación de valores que se constituye en los años de formación tiende a mantenerse
durante toda la vida aunque las condiciones sociales y ambientales cambien.
La segunda hipótesis se refiere a la distinta magnitud de esta diferencia generacional
en los distintos países. Si la teoría es válida, la diferencia debería ser más
marcada en países donde ha sido mayor la variación de la calidad de vida entre los
que crecieron antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, en
Alemania esta diferencia debería ser máxima: durante la Primera Guerra Mundial
los alemanes sufrieron escasez de recursos, una fuerte inflación, depresión econó-
mica, graves conflictos internos y la tragedia, en términos de destrucción del país y
pérdidas de vidas humanas, de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, en la pos-
7 4 METODOLOGÍA Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
guerra vivieron un periodo de bienestar económico y paz social notables. El caso
de Inglaterra debería ser opuesto: antes de la Segunda Guerra Mundial era el país
europeo más rico, el único de los países europeos que no vivió la guerra en su
territorio ni sufrió la invasión extranjera. Sin embargo, en la posguerra experimentó
un estancamiento económico persistente que provocó niveles de bienestar inferiores
a los de muchos otros países europeos y sin duda por debajo de los que tenía
en la primera mitad del siglo. Por tanto, en este caso se puede esperar una diferencia
menor en la escala de valores entre generaciones.
La tercera hipótesis concierne también a la diferencia entre países, pero se refiere
no tanto al distanciamiento generacional como a la cifra absoluta de quienes
abrazan los valores postmaterialistas. Éstos deberían ser más numerosos cuanto
más rico sea el país, y, por tanto estarían presentes sobre todo en Bélgica, Holanda
y Suiza, y, en menor medida en España, Grecia e Italia [cfr. Inglehart, 1977],
Todas las hipótesis que hemos mencionado se pueden operacionalizar fácilmente
y, por tanto, se pueden someter a su comprobación empírica.
En este punto debemos hacer una aclaración sobre la conexión entre teoría e
hipótesis. En la práctica, la investigación no siempre se realiza en el orden descrito,
primero la elaboración de la teoría y después la formulación de hipótesis que sirven
de guía para el «diseño de la investigación». Con frecuencia sucede que las
hipótesis se formulan después de la recopilación de datos y se comparan con estos
datos a posteriori.
Tomemos como ejemplo una investigación sobre decisiones escolares individuales.
El autor analiza la decisión de seguir o no estudiando después de la enseñanza
secundaria y primaria, comparando tres concepciones distintas de la acción
individual. En primer lugar, el punto de vista «estructuralista» sostiene «que los
actos humanos dependen de vínculos externos que no dejan espacio para tomar
decisiones realmente importantes; en segundo lugar, el punto de vista de la «no
intencionalidad», que considera que el individuo está condicionado, aunque no tanto
por factores estructurales externos como por factores psicológicos internos, la mayoría
inconscientes; y, finalmente, el punto de vista de la «intencionalidad», que
«supone que los individuos actúan [...] de acuerdo con ciertos propósitos, persiguiendo
sus objetivos lo mejor que pueden» [Gambetta, 1987, 8, 16].
Como puede verse, se trata de una formulación clásica de la teoría de la acción
individual. Lo que nos interesa es que, para dar respuestas empíricas a estas preguntas,
los autores de los dos ejemplos utilizan los datos ya existentes de dos encuestas
por muestreo realizadas con fines más bien generales (descripción de las
orientaciones políticas y culturales de los jóvenes). Las encuestas contenían también
preguntas sobre la intención de seguir estudiando, que se utilizaron para responder
a las cuestiones antes mencionadas. El autor parte de tres hipótesis concretas
de conducta, y analiza sus datos para ver cuál de ellas se cumple efectivamente
en el caso empírico analizado. En este ejemplo, la elaboración teórica, aunque es
posterior a la recopilación de datos, precede al análisis de los mismos.
Otras veces se recurre a la teoría después de analizar los datos para explicar un
hecho anómalo o un resultado inesperado. Por ejemplo, en una investigación sobre
abstencionismo electoral en Italia realizada en los años ochenta [Corbetta y Parisi,
LA TRADUCCIÓN EMPÍRICA DE LA TEORÍA 7 5
1987], los autores plantearon dos hipótesis: que el abstencionismo electoral es un
fenómeno de apatía política debido a la poca capacidad de los partidos para movilizar
al electorado con sus aparatos organizativos, o bien un fenómeno de protesta
por parte de los electores para mostrar a los partidos descontento y resentimiento.
En la primera hipótesis los autores pronosticaron una mayor abstención en las
capas más periféricas de la sociedad, menos accesibles para la capacidad de movilización
y comunicación de los partidos (el caso extremo serían las mujeres ancianas
de las zonas rurales del sur de Italia, donde las cuatro variables de género,
edad, ruralismo-urbanización y norte-sur tienen los valores más marginales). En la
segunda hipótesis los autores pronosticaron un mayor abstencionismo entre los jó-
venes varones de las grandes ciudades del norte, clases sociales centrales expuestas
a los flujos de nuevas ideas, lo que mostraría un desacuerdo entre la parte más
moderna del país y la política de épocas anteriores.
Sin embargo, los datos arrojaron unos resultados sorprendentes, contrarios a las
dos hipótesis. Las categorías más abstencionistas resultaron ser las mujeres de las
capitales de provincia. Un análisis detallado del perfil de abstencionistas reveló
que se trataba en gran parte de mujeres que habían votado anteriormente a la Democracia
Cristiana. Para explicar este resultado imprevisto, los autores recurrieron
a la teoría de las «presiones cruzadas», según la cual «cuando el elector es sometido
de manera simultánea a estímulos de igual intensidad pero opuestos, es probable
que eluda el conflicto de la elección [...] y opte por la abstención» [ibidem, 59].
La debilidad de la religión en una sociedad secularizada y la distancia deliberada
de la Iglesia del compromiso político, junto con la existencia de un nuevo sistema
de valores canalizado sobre todo en los medios de comunicación de masas, creaban
en el electorado femenino, hasta entonces sensible al mensaje de la Iglesia, una
situación de punto muerto entre los valores antiguos y nuevos que generaba incertidumbre
y, por tanto, abstención. Este proceso se iniciaba en las grandes ciudades,
lugares de cambio por antonomasia.
En el caso citado los autores recurrieron a una teoría diferente, utilizada en
otras ocasiones para interpretar la conducta electoral. Otras veces puede descubrirse
una nueva teoría durante la fase empírica. Un ejemplo muy conocido es el de los
experimentos realizados en los años veinte en las fábricas de la Western Electric de
Hawthorne (cerca de Chicago). Los experimentos pretendían estudiar un problema
muy simple: conocer cómo afectaba la variación de la iluminación al rendimiento
de los trabajadores de un departamento concreto. En un principio se constató que el
aumento de la iluminación hacía aumentar la productividad. Pero después se vio
que, contra todo pronóstico, al volver a los niveles de iluminación iniciales, la
productividad seguía siendo elevada.
Tampoco se confirmaron las expectativas de los investigadores cuando se dividió
a las trabajadoras en un grupo experimental (para el que se hacía variar la
iluminación) y un grupo de control (para el que la iluminación se mantenía constante):
ambos grupos tenían un rendimiento superior a la media, sin variaciones
perceptibles vinculadas al nivel de iluminación. Entonces un equipo de sociólogos
de la organización dirigido por Elton Mayo estudió el caso y se fijó en otros factores
no ligados estrictamente a la comodidad ambiental, empleando otras técnicas
7 6 METODOLOGÍA Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
como la observación participante y la entrevista. De este modo se descubrió que la
variable determinante del rendimiento laboral no era la iluminación (ni otras variables
de carácter técnico u organizativo, como la duración del descanso para el café,
etc.), sino el hecho de que el grupo de trabajadoras se sintiera centro de atención y
objeto de un experimento.
A partir de los resultados de estos experimentos, se empezó a perfilar una nueva
corriente teórica dentro de la sociología laboral, la de las denominadas «relaciones
humanas», que incluía entre las condiciones para un rendimiento laboral óptimo
variables psicológicas como la cohesión del grupo de trabajo, la percepción
por parte del individuo de la importancia que tiene en su grupo de trabajo y la
utilidad de la labor que desempeña, etc.
Sobre la alteración de la secuencia teoría-hipótesis-observación hay que decir
que en ocasiones la observación viene antes que las hipótesis por causas de fuerza
mayor. Es el caso del «análisis secundario», que consiste en aplicar un segundo
análisis a datos recopilados previamente por otros investigadores (la investigación
de Gambetta es un ejemplo de ello, así como Crime in The Making, de Sampson y
Laub, que comentamos en el capítulo 2).
Conviene señalar que, a menudo, la teoría no está tan bien definida como para
admitir hipótesis claras y precisas. A veces el tema es nuevo, desconocido, y por
tanto la investigación se mueve en un plano eminentemente descriptivo. Otras
veces la observación no parte de una teoría específica, sino que pretende abarcar
una amplia gama de problemas, para permitir sucesivos análisis diversificados (es
el caso de encuestas periódicas como los barómetros del CIS en España, la encuesta
del Eurobarómetro, la encuesta europea de valores, etc.).
3.3. DE LOS CONCEPTOS A LAS VARIABLES
Con el término «concepto» nos referimos al contenido semántico (es decir, al significado)
de los signos lingüísticos y las imágenes mentales. Su origen etimológico
(del latín cum capio = tomar de manera conjunta), expresa la acción de ordenar
varios elementos bajo un único acto de pensamiento, y el acto de extraer de la
inmediatez de las impresiones sensibles y las representaciones concretas una abstracción
con significado universal. Es el instrumento que permite al hombre conocer
y pensar, y es el fundamento de toda disciplina científica, que consiste en conocer
mediante conceptos universales.
De esta definición se desprende que «el término tiene un significado muy general,
y puede incluir todo tipo de signos o procedimientos semánticos, sea cual sea
el objeto al que se refiere, abstracto o concreto, cercano o lejano, universal o particular.
Se puede tener un concepto de una mesa o del número tres, del hombre o de
Dios, del género y de la especie [...] de un periodo o una institución históricos (el
Renacimiento o el Feudalismo)» [Abbagnano, 1971, 146]. Los conceptos, además,
pueden hacer referencia a construcciones mentales abstractas que no se pueden
observar de manera directa, como el poder, la felicidad o la clase social, o bien
referirse a entidades concretas y observables, como la flor o el obrero.
LA TRADUCCIÓN EMPÍRICA DE LA TEORÍA 7 7
En las páginas anteriores hemos definido la hipótesis como una conexión entre
conceptos o una proposición que implica una relación entre dos o más conceptos.
La hipótesis de que la tasa de suicidios es más elevada entre las personas
más instruidas implica un nexo, una relación, entre el concepto de suicidio y los
conceptos de formación o religión. La hipótesis de que los valores postmaterialistas
están más difundidos entre los jóvenes de las clases burguesas que entre los
de la clase obrera establece una relación entre el concepto de valor y el de clase
social.
Podemos decir, por tanto, que los conceptos son los «ladrillos de la teoría», y
que mediante la operacionalización de los conceptos realizamos la traducción empírica
de una teoría. El concepto tiende un puente que conecta la orilla teórica con
la orilla del mundo empírico observable. Como escribió Blumer, «la teoría tiene
sentido para la ciencia sólo en la medida en que logra conectarse con el mundo
empírico de manera provechosa; los conceptos son los únicos instrumentos que
permiten establecer tal conexión» [Blumer, 1969, 143].
Si la teoría es una red de conexiones entre entidades abstractas representadas
por los conceptos, cuando estas entidades se hagan concretas, toda la red teórica se
concretará también, y será posible establecer las mismas conexiones entre los conceptos
transformados en entidades observables. Si la hipótesis teórica es que los
valores postmaterialistas están más difundidos en las sociedades ricas, cuando estemos
en condiciones de medir empíricamente la presencia de los valores postmaterialistas
y la riqueza en distintas sociedades, podremos también verificar la validez
de la teoría, observando si los datos de los dos conceptos operacionalizados
muestran una correlación positiva.
¿Cómo se operacionaliza un concepto? Pensemos en los conceptos típicos de
las ciencias sociales: poder, clase social, autoritarismo, participación electoral, desviación,
subdesarrollo, etc. ¿Cómo podemos transformar estos conceptos en entidades
observables?
El primer paso del proceso de traducción empírica de un concepto consiste en
aplicarlo a objetos concretos, es decir, convertirlo en atributo o propiedad de objetos
concretos, que llamaremos unidades de análisis. El concepto de poder, por
ejemplo, puede ser una propiedad de unidades de análisis como cargos empresariales,
cargos políticos (consejero municipal, funcionario de un partido, diputado, etc.).
Asimismo, los conceptos de clase social y autoritarismo pueden ser propiedades
de individuos; los conceptos de participación electoral y desviación pueden caracterizar
a individuos o unidades territoriales (en este caso en forma de porcentajes
de votantes y tasas de homicidios); el concepto de subdesarrollo puede ser una
propiedad de los países. Nótese que estos conceptos del análisis social no tienen
por qué ser necesariamente complejos: el género y la edad, el lugar de residencia y
el tiempo empleado para ir de casa al trabajo también son ejemplos de conceptos
más fáciles de medir.
Estas propiedades se presentan en distintos grados en los diferentes objetos, es
decir, varían en las distintas unidades de análisis. Por ejemplo, unos cargos empresariales
tienen más poder que otros, la clase social varía entre los distintos sujetos,
la participación electoral y la criminalidad varían en los diferentes municipios.
7 8 METODOLOGÍA Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL
El segundo paso para operacionalizar el concepto-propiedad consiste en formular
una definición operativa de mismo, es decir, establecer las reglas para su traducción
en operaciones empíricas. Por ejemplo, se puede definir operativamente el
poder de un cargo empresarial por el número de personas que tiene a su cargo; el
autoritarismo se puede operacionalizar con las respuestas a preguntas sobre actitudes,
con puntuaciones entre 0 y 5; la participación electoral y la criminalidad de un
municipio se pueden operacionalizar con el porcentaje de votantes sobre el número
de electores en unas elecciones concretas y el tanto por mil de delitos sobre el total
de la población.
El tercer paso consiste en aplicar las mencionadas reglas a los casos concretos
estudiados: ésta es la fase de operacionalización en su sentido más estricto. La
definición operativa se hace en el plano teórico, con la operacionalización se pasa
a la práctica. Como escribió Marradi, la definición operativa es un «texto», mientras
que la operacionalización es un «hecho».
La propiedad operacionalizada se denomina variable, y las modalidades son
los «estados» operacionalizados de la propiedad. A cada modalidad se le asigna un
valor simbólico distinto, que suele ser un número. Por ejemplo, el concepto de
«nivel cultural» se puede representar con la propiedad «nivel de estudios» referida
a los individuos, que adoptará diferentes estados en los distintos sujetos estudiados;
estos estados se clasifican en alguna de las cinco modalidades siguientes: «sin
estudios», «graduado escolar», «enseñanza secundaria», «diplomatura» y «licenciatura»;
a cada una de estas modalidades les asignamos los valores 0, 1,2, 3, 4.
Llegados a este punto conviene hacer una aclaración sobre el término «operacionalizar».
En el lenguaje corriente habríamos dicho «medir», puesto que la
medición es el proceso de asignación de valores numéricos a los estados de una
propiedad. De hecho, la definición de medición que se suele usar en todos los
manuales de metodología procede de las formulaciones de Stevens en los anos
cuarenta, según las cuales «la medición consiste en la atribución de números a
objetos o acontecimientos siguiendo determinadas reglas» [Stevens, 1946],
En realidad, como ha señalado Marradi [1981, 602 sq.], cuando no se dispone
de unidades de medida es inadecuado hablar de medición: en estos casos el paso de
la propiedad a la variable es una operación distinta a la medición (por ejemplo,
medimos la edad con la unidad de medida del año solar), que, según los casos, es
una clasificación (por ejemplo, clasificamos la nacionalidad según la nación), una
ordenación (por ejemplo, ordenamos las profesiones en función de su prestigio
social), o un cómputo (por ejemplo, contamos el número de hijos de una persona).
Sin embargo, en el lenguaje común no existe un término único para designar
esa operación general de medición-ordenación-cómputo-clasificación. Las ciencias
naturales, donde las unidades de medida casi siempre son definibles, han impuesto
el término «medir» para referirse a la operación general. Pero para la clasificación
o la ordenación el término «medir» resulta inadecuado, por ello hemos empleado el
término «operacionalizar». Este término tiene un sentido amplio y se emplea con el
significado general de «traducir del lenguaje teórico al lenguaje empírico», pero en
sentido estricto se refiere al paso de las propiedades a las variables, que, en el
proceso más amplio que conecta la teoría y la investigación, representa el puente